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Habilidades de escuchar y hablar |
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ESTRATEGIAS DE COMPRENSIÓN
Para exponer cómo actúa el proceso de comprensión oral y sus diversas estrategias utilizaremos un ejemplo corriente: una conversación en la calle. Mientras recorremos el paseo del pueblo o de la ciudad, un amigo nos explica las incidencias de las últimas vacaciones. El proceso empieza antes que se inicie propiamente el discurso, con un importante conjunto de estrategias de precomprensión. En primer lugar ya nos hemos encontrado otras veces con esa persona y tenemos experiencia para prever cómo se desarrollará la comunicación: sabemos de qué temas trata, cómo habla (tono, estilo, lenguaje, ritmo, etcétera), el significado personal de determinadas expresiones, etcétera. Las características concretas del encuentro determinan otros puntos: hace tiempo que no nos vemos, hace poco que han terminado las vacaciones, a ambos nos gusta viajar, etcétera. Y además, si queremos ver a esa persona es porque nos mueven objetivos determinados que dirigirán la conversación y nuestra comprensión: saber cómo está, cómo ha pasado las vacaciones, qué ha hecho, etcétera. Tenemos esta información almacenada en la memoria a largo plazo y la actualizamos antes y durante el proceso de comprensión. Como se trata de una información y una experiencia compartida entre el emisor y el receptor, constituye una base sólida sobre la cual construimos la comprensión. Cuando no conocemos al interlocutor, no podemos prever tantos datos y la comunicación depende exclusivamente del discurso. Pensemos, por ejemplo, en la comunicación con personas de otras culturas con quienes compartimos una lengua franca de relación: aunque comprendemos las palabras, la intercomprensión es más difícil porque no compartimos un mismo conocimiento del mundo. Estrategias para la comprensión oral Ya en plena conversación, el receptor despliega un abanico de estrategias:
Reconocer. Identificamos como propios y conocidos una serie de elementos de la secuencia acústica: sonidos, palabras, expresiones. Podemos discriminar los sonidos articulados que pronuncia nuestro amigo (su voz, los sonidos y las palabras de nuestra lengua) del resto de sonidos que captamos (coches, otras conversaciones, silbidos, etc.). También somos capaces de segmentar el discurso en las unidades significativas (fonemas, morfemas, palabras, etc.) que los componen.
Seleccionar. Entre los diversos sonidos, palabras, expresiones e ideas reconocidos, escogemos los que nos parecen relevantes, según nuestros conocimientos gramaticales y nuestros intereses y los agrupamos en unidades coherentes y significativas. Dejamos a un lado los sonidos no
distintivos, así como las palabras y las ideas que no parecen aportar datos relevantes.
Interpretar. Según nuestros conocimientos de gramática y el mundo en general, atribuimos un sentido a la forma que hemos seleccionado anteriormente. Imponemos una estructura sintáctica a cada palabra, y un valor comunicativo a cada oración.
Anticipar. Durante el discurso también anticipamos lo que el emisor dirá (palabras, ideas, opiniones, etcétera), del mismo modo que lo hacíamos durante la precomprensión. A partir de las entonaciones, de la estructura del discurso, del contenido, etcétera, podemos prever lo que sigue.
Inferir. Mientras escuchamos la cadena acústica y la procesamos, también obtenemos información de otras fuentes no verbales: el contexto situacional y el hablante. Observamos los códigos no verbales que lo acompañan (gestos, cara, movimientos, vestido, etcétera), su actitud (estado de ánimo, tono, etcétera) y también la situación (andando por la calle, parándonos, etcétera). Todos estos datos nos ayudan a comprender el significado global del discurso.
Retener. Determinados elementos del discurso, que el receptor considera importantes (lo que ya se ha interpretado, el sentido global, algún detalle, una palabra, etcétera), se guardan durante unos segundos en la memoria a largo plazo para poderlos utilizar para interpretar otros fragmentos del discurso, y también para reinterpretarlos de nuevo. Con el discurso acabado, los datos más generales y relevantes quedan almacenados en la memoria a largo plazo, que los podrá retener durante un período de tiempo considerable.
Enseñar lengua, Daniel Cassany, Marta Luna t Gloria Sanz. 2ª edición, Barcelona, Grao, 1997.
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La formación continua, en la carrera docente, implica la construcción permanente de conocimientos durante la práctica profesional del maestro y sistemáticamente sus competencias pedagógicas, consolidando su desarrollo profesional en beneficio de aprendizajes y la formación de niños y jóvenes. En este contexto, los Cursos Estatales de Actualización (CEA) constituyen una propuesta formativa que tiene el propósito de atender, a la par de otros programas del PRONAP , las principales necesidades de actualización y capacitación docentes, dando prioridad al análisis y la reflexión organizada del quehacer en el aula, siendo esto una alternativa para transformar positivamente las formas personales de enseñanza y destacando el valor de la experiencia profesional como fuente de aprendizaje. Los Cursos Estatales de Actualización promueven diversas formas de trabajo reflexivo en los docentes, que permiten el fortalecimiento del trabajo colaborativo a través de encuentros profesionales entre iguales, donde compartir experiencias se convierte en una modalidad de formación pedagógica. Los CEA, cobran mayor relevancia cuando se integran a los trayectos formativos que docentes y colectivos establecen en el Plan Estratégico de Transformación Escolar, complementando y enriqueciendo, además, los propósitos y contenidos de los Talleres Generales de Actualización y de los Exámenes Nacionales de Actualización para Maestros en Servicio. Es un firme propósito de la Secretaría de Educación y Cultura de Coahuila (SEC), a través del Instituto Estatal de Capacitación y Actualización del Magisterio (IECAM), que, en este ciclo escolar 2007-2008, los CEA favorezcan el enriquecimiento del saber y la experiencia docente, necesario para fortalecer el aprovechamiento escolar, contribuyendo así a la consolidación de la escuela pública mexicana. |
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